El parque de El Laberinto, es sin lugar a dudas el lugar perfecto para perderse en Barcelona.
Está ubicado en la falda de la sierra de Collserola, detrás del Velódromo de Horta.
En su interior podemos disfrutar de hermosos jardines, fuentes, cascadas y estatuas, toda una oda a la cultura griega.
El parque consta de diferentes niveles y zonas por donde pasear y disfrutar del silencio solo roto por el trinar de los pájaros.
Y en el centro del parque, la piedra angular: el laberinto. En su entrada corona una inscripción de la historia de Ariadna y Teseo. Es una invitación a entrar. Si te decides a entrar, empezará una prueba que poca gente ha podido sentir: estar perdido. Esa sensación de pérdida solo está mitigada por la seguridad de que te pierdes en un espacio pequeño y que constantemente te cruzas con gente que al igual que tú están perdidas.
Si se va en compañía, a veces te separas en el camino y el juego cambia. Tienes un rival. Cuando consigues salir, te das auténtica cuenta de que dentro del laberinto el tiempo no pasa, y, ya fuera, parece que han pasado días…..
Existe también un canal por el que patos y hermosos cisnes pasean a sus anchas.
Debido a la perfecta luz que entra entre los árboles, se puede disfrutar de unos impresionantes reflejos en los estanques y en el canal.
Es un lugar idóneo par ir con niños, con tu pareja, o simplemente solo y perderte.
Para poder visitarlo solo se necesitan dos cosas: Ganas de tranquilidad y un billete de metro y bajarte en la parada de “Mundet” de la línea 3 .
El parque posee un aparcamiento gratuito: no así el parque que es el único de Barcelona en el que se tiene que pagar unas monedillas excepto miércoles y domingos.
Está ubicado en la falda de la sierra de Collserola, detrás del Velódromo de Horta.
En su interior podemos disfrutar de hermosos jardines, fuentes, cascadas y estatuas, toda una oda a la cultura griega.
El parque consta de diferentes niveles y zonas por donde pasear y disfrutar del silencio solo roto por el trinar de los pájaros.
Y en el centro del parque, la piedra angular: el laberinto. En su entrada corona una inscripción de la historia de Ariadna y Teseo. Es una invitación a entrar. Si te decides a entrar, empezará una prueba que poca gente ha podido sentir: estar perdido. Esa sensación de pérdida solo está mitigada por la seguridad de que te pierdes en un espacio pequeño y que constantemente te cruzas con gente que al igual que tú están perdidas.
Si se va en compañía, a veces te separas en el camino y el juego cambia. Tienes un rival. Cuando consigues salir, te das auténtica cuenta de que dentro del laberinto el tiempo no pasa, y, ya fuera, parece que han pasado días…..
Existe también un canal por el que patos y hermosos cisnes pasean a sus anchas.
Debido a la perfecta luz que entra entre los árboles, se puede disfrutar de unos impresionantes reflejos en los estanques y en el canal.
Es un lugar idóneo par ir con niños, con tu pareja, o simplemente solo y perderte.
Para poder visitarlo solo se necesitan dos cosas: Ganas de tranquilidad y un billete de metro y bajarte en la parada de “Mundet” de la línea 3 .
El parque posee un aparcamiento gratuito: no así el parque que es el único de Barcelona en el que se tiene que pagar unas monedillas excepto miércoles y domingos.
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1 comentario:
Un lugar realmente bonito a la par que románntico.
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